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#Cine

¿Por qué el FBI vigilaba a Charles Chaplin?

Charlie Chaplin era un inmigrante y un reflejo del Sueño Americano. En su obra hablaba sobre el estado de la sociedad estadounidense.

Charlie Chaplin es un icono de la Edad de Oro de Hollywood, no sólo por su popularidad y aspecto curioso, sino porque él y su obra reflejaron la agitación política de la América de entreguerras. Hay que tomar en cuenta que Chaplin era un inmigrante y un reflejo del Sueño Americano. Tras su obra había un rebelde político, que hablaba de manera metafórica sobre el estado de la sociedad estadounidense.

Ello llevó a que con el paso de los años, el actor se convirtiera en la obsesión de J. Edgar Hoover, el primer Director del FBI. Este personaje estaba decidido a deshacerse del actor por sus supuestas simpatías comunistas. Y para ello utilizó la turbulenta vida amorosa de Chaplin para presentar un caso contra él.

La fama de Charlie Chaplin

Charlie Chaplin llegó al estrellato gracias a su carisma natural, su olfato para los negocios y su talento innovador para escribir, actuar, dirigir y componer. Todo ello se dio en medio de un periodo de gran crecimiento, experimentación y cambios en la industria.

Mientras trabajaba en los estudios Keystone, Chaplin desarrolló su icónico personaje del Vagabundo, el cual se convirtió rápidamente en la estrella más popular, y Chaplin siguió interpretando al personaje en numerosos cortometrajes y largometrajes.

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En 1917, el actor se convirtió en productor independiente, fundó su propio estudio en Hollywood y obtuvo libertad creativa. En 1919, Chaplin unió fuerzas con Mary Pickford, Douglas Fairbanks y D. W. Griffith para fundar la United Artists Corporation, y estrenó una serie de películas de éxito como The Kid (1921), La quimera del oro (1928) (que le valió a Chaplin su primer Oscar de la Academia) y Luces de la ciudad (1931).

Discurso de Chaplin en El gran dictador

Es verdad que el actor siempre fue un librepensador. Durante los años políticamente inciertos del periodo de entreguerras, Chaplin se enfrentó a críticas por sus simpatías políticas, entre ellas la defensa de una alianza con la Unión Soviética. Por otro lado, estaba preocupado por el ascenso del fascismo en Europa.

En 1940, estrenó una de sus películas más famosas hasta la fecha, la sátira política El gran dictador en la que Chaplin interpreta a los dos personajes centrales: un barbero judío que vive en un gueto y Hynkel, el dictador fascista de Tomania.

El gran dictador es un claro ataque a Adolf Hitler y una imitación cómica del mismo. Prácticamente, Chaplin se burla del dictador alemán. Al final de la película, Chaplin, o su personaje, lleva a cabo un discurso en el que ataca a la derecha y defiende apasionadamente la democracia.

La película está ampliamente considerada como una de las mejores en la carrera de Chaplin, además de la mayor sátira jamás realizada y una de las mejores películas jamás producidas en la historia de Hollywood.

Con el discurso de El gran dictador, Chaplin dejaba claro que simpatizaba con la izquierda. Quienes mejor lo conocían sabían que temas como el desempleo, la pobreza y el ascenso de la derecha radical en Estados Unidos y en todo el mundo le preocupaban al actor.

Su icónico personaje, El Vagabundo, simbolizaba al hombre oprimido por una sociedad capitalista, y reflejaba su compasión por la clase trabajadora.

El FBI entra en juego

Estas opiniones despertaron las sospechas del FBI, sobre todo por las declaraciones de Chaplin en las que expresaba su admiración por la postura antifascista de los comunistas. A pesar de no identificarse como comunista, sus opiniones dejaban claro que era todo menos capitalista: “No soy comunista, pero me enorgullece decir que me siento bastante procomunista”.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Chaplin mantuvo amistad con personas sospechosas de ser comunistas, y asistió a funciones ofrecidas por diplomáticos soviéticos. Chaplin se mantuvo firme en su negativa a ceder en sus opiniones, y nunca se disculpó por sus asociaciones, como la de su amigo el músico austriaco Hanns Eisler.

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En su película Monsieur Verdoux (1947), Chaplin criticaba abiertamente el capitalismo y destacaba la naturaleza destructiva de las guerras y las armas de destrucción masiva. Ese mismo año, el FBI inició una investigación sobre él.

“Hoy en día, si te bajas de la acera con el pie izquierdo, te acusan de comunista”, dijo el actor una vez al saber que el FBI lo vigilaba de cerca. Chaplin negó las acusaciones, pues consideraba que el gobierno suprimía la libertad de ideología de la población.

Sus últimos años

Después de regresar a Estados Unidos para asistir al estreno de una de sus películas en Londres en 1952, el Fiscal General de Estados Unidos le revocó su permiso de reingreso y le exigió una entrevista sobre sus opiniones políticas antes de permitirle volver al país.

Chaplin optó por romper sus lazos con Estados Unidos, poniendo fin a su carrera en Hollywood. Decidió instalarse en Suiza y pasó sus últimos años editando sus viejas películas para reestrenarlas. En 1975, la reina Isabel II le concedió el título de caballero.

Después de que su salud sufriera un grave deterioro, murió el día de Navidad de 1977, dejando un legado imperecedero en el mundo del cine.

POR RODRIGO AYALA

Editor especializado en cultura pop, cine, historia, literatura y música. Amo el terror, la música rock, los conciertos y el running. Escribí los libros “Siempre al anochecer y otros cuentos de lo extraño” y “Potwór” para exorcizar mis demonios. Mi frase favorita: “It can't rain all the time”.

rodrigo.ayala@editorialtelevisa.com.mx
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