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‘American Gladiators’: la historia detrás del documental no autorizado de Netflix
Sumérgete en la historia detrás del documental de Netflix sobre ‘American Gladiators’, que explora la historia de este popular programa de TV.
Netflix tiene en su amplio universo de series una producción de cinco episodios, autoría de Tony Vainuku y Jared Hess, llamada Muscles & Mayhem: An Unauthorized Story of American Gladiators. La serie explora los secretos de una competencia televisiva que se volvió en parte esencial de la cultura norteamericana de finales de los 80 y principio de los 90. Pero ¿qué es exactamente y quiénes son los American Gladiators de los cuales se revelan diversos secretos a lo largo de esta serie? Esto es lo que sabemos.
El origen
Los orígenes de American Gladiators los encontramos entre los trabajadores del hierro de Erie, Pensilvania. Dann Carr, antiguo trabajador del hierro y luchador profesional, dirigió un centro deportivo en Pensilvania durante las décadas de 1980 y 1990.
A principios de la década de 1970, Carr tuvo la idea de crear un evento estatal llamado Olimpiadas del Casco, que se celebraron durante las décadas de 1970 y 1980. Con la ayuda de algunos amigos y colegas, entre ellos el presentador John Ferraro, Carr puso en marcha la primera encarnación de lo que se convertiría en American Gladiators. Su objetivo era recaudar fondos para centros juveniles. El concepto estaba inspirado en las luchas de gladiadores que antaño se celebraban en el Coliseo.
Visión de negocio
Después de una pequeña presentación en 1983, Ferraro se dio cuenta de que el concepto podía llegar a ser masivo, es decir, trasladarlo al cine. Ferraro presentó la idea a Samuel Goldwyn, Jr., quien sugirió que la idea era más adecuada para la televisión.
En sus inicios, ante la falta de audiencia en el lugar donde se llevaban a cabo las competencias, la producción pintaba rostros en tablones de madera para ponerlos de fondo y simular que había espectadores siguiendo las acciones.
¡Gladiadores, a luchar!
American Gladiators incluía a atletas profesionales, como los ex jugadores de fútbol americano Nitro y Géminis. También había expertos en fitness, artes marciales y ex atletas olímpicos. Pero después los productores decidieron darles una oportunidad a personas desconocidas para que probaran suerte compitiendo como gladiadores.
Por ello es que el programa presentaba entrevistas con las familias de los concursantes en las que se presentaba cómo era su vida, en qué trabajaban y cuáles eran sus orígenes. De esa manera, el programa se humanizaba y el público podía empatizar con uno u otro de los concursantes.
Algunos de los concursantes eran profesores o veteranos de la Guerra del Golfo. “Fue esa humanidad unida a una competición legítima lo que realmente impulsó el programa”, dijo uno de los productores del programa.
Negocio solo para muy pocos
No todo fue miel sobre hojuelas para quienes participaban en el programa. Según la autobiografía de 2009 de “Nitro” Clark, Gladiator: A True Story of ‘Roids, Rage, and Redemption, él y varios de los Gladiadores originales no ganaban dinero de los 75 artículos que se vendían de la licencia, como juguetes, juegos de Nintendo y ropa, que hacían ganar millones de dólares a la Goldwyn Company.
En julio de 2014, el productor Arthur Smith anunció que estaba trabajando en un renacimiento del programa “más oscuro, más intenso y más serio”, tras el intento fallido de 2007-2008 copresentado por Hulk Hogan. Smith planeaba adoptar un enfoque postapocalíptico que recordara a Los juegos del hambre.
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