Se trata de los primeros bocetos de la leyenda. Estamos en 1933 y dos jóvenes, Jerry Siegel y Joe Shuster, ambos de 18 años, tratan hacer carrera por medio de su pasión, la ciencia ficción, en un Estados Unidos sumido en la Gran Depresión económica. Los jóvenes entusiastas editan su propia publicación Science Fiction: The Advance Guard of Future Civilization, la cual en el tercer número presentaría un relato de Herbert S. Fine (seudónimo usado por Jerry Siegel) titulado “The Reign of the Superman” (El Reino del Superhombre).
“El Reino del Superhombre” da cuenta de la vida del vagabundo Bill Dunn, quien tras obtener poderes telepáticos tras un experimento del científico Ernest Smalley, elige usarlos para el mal y tratar de gobernar al mundo. Tras matar a su creador, Bill cae en cuenta que sus poderes disminuyen y que no podrá replicar la fórmula que le dio poderes, por lo que pronto dejará de ser excepcional y volverá a ser un vagabundo.
Cabe señalar el parecido físico de este primer Superman con el archivillano del Hombre de Acero, Lex Luthor. Aunque es más difícil encontrar copias físicas de Science Fiction: The Advance Guard of Future Civilization #3 que del valiosísimo Action Comics #1, el relato se puede leer en línea.
Muy poco tiempo después, Jerry Siegel y Joe Shuster comenzaron a jugar con la idea de hacer del personaje un héroe en lugar de un villano y lo propusieron a la editorial Consolidated Book Publishing. Pero pese a una carta compromiso de la editorial para su publicación, ésta se retractó. La dupla creativa ofreció su novedoso personaje a varias editoriales, con el mismo resultado.El dúo trabajó con entusiasmo y duro, incluso de recibir una carta prometedora para su publicación. Habrían de pasar cinco años para que Superman encontrara acomodo en una casa editorial.
Poco se rescató de ese primer cómic de Superman pues en un arranque de frustración, Shuster quemó los originales, y aunque coleccionistas e historiadores han buscado alguna copia o restos de aquel material, lo que se conserva oficialmente es sólo la portada que rescató del fuego Jerry Siegel.